El Sol en la casa XII

    El Sol en la casa XII tiene tradicionalmente una fama muy mala y el Sol no puede desplegar en ella sus mejores influjos, tal como sucedía en otras casas igualmente "difíciles", como la sexta o la octava. Es una posición que da una tendencia al cultivo de una vida retirada y de todas aquellas actividades que la propician, aunque, al mismo tiempo, favorece todos los trabajos y profesiones relacionados con ayudar a los demás o servir a sus semejantes, tanto en el sentido físico como en el espiritual, ya sea de manera remunerada o voluntaria. En ese sentido, es favorable pra monjes y sacerdotes de cualquier religión, incluido el mundo de las ciencias ocultas; asimismo para quienes trabajan en sanatorios, hospitales o cualquier otro tipo de institución parecida que implique ayudar a los demás y al mismo tiempo reclusión. En general, favorece todo lo que se relaciona con "dar" o "servir" a sus semejantes, pero bloquea o dificulta el "recibir". Las personas con el Sol en la casa XII desarrollan una profunda vida interior pero también tienen muchas inhibiciones anímicas. Se trata de una casa de renuncia y evolución espiritual, pero si sus nativos se obstinan en afirmar su voluntad y luchar por sus metas egoístas, entonces se verán amenazados por toda clase de adversidades e infortunios: enemigos poderosos que actuarán de forma oculta, terribles pruebas, mala salud, enfermedades crónicas o paralizantes, peligro de reclusión, encarcelamiento o exilio. Cuando el Sol está afligido, todas estas cosas amenazan al nativo.

    Como ejemplo puedo poner a Miguel de Cervantes, que durante mucho tiempo estuvo preso en Árgel o al poeta Miguel Hernández encarcelado durante la Guerra Civil española, donde escribió algunas de sus más bellas poesías.

Carta Natal Miguel de Cervantes

Carta Natal de Miguel Hernández