Visión budista de Júpiter en la casa séptima.
Cuando Júpiter se coloca en esta casa, sobran los amigos y compañeros. La persona con esta disposición astral considera a todos los seres sensibles como amigos en potencia. El punto esencial es la expansión de la conciencia hacia los demás.
Una visión torpe no permite un nivel profundo de conversación con otras personas. El individuo es demasiado excitable, y cuando conversa, salta rápido de una persona a otra. También es posible que encuentre tantas cosas que hacer por los demás, que nunca da el tiempo suficiente para que alguna fructifique.
Una actitud prudente crea un amplio espectro de amigos. Lo más seguro es que la persona conozca a casi todos los miembros de su comunidad y, de manera automática, los tome en cuenta para realizar cualquier proyecto. El carisma natural es inherente a este individuo espiritual.
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