Visión budista de Urano en la casa séptima.

   Urano en la séptima casa encuentra una expresión liberadora en las relaciones. Las restricciones sociales significan una enorme carga para el individuo. A menudo esta colocación atrae a extravagantes parejas o socios debido a la falta de convencionalismo. Esto resulta muy interesante, pero también puede lastimar y confundir a los otros por causa del comportamiento excéntrico de la persona.

   Una conducta imprudente provoca el descontento de los demás debido a las reacciones impredecibles. La influencia de Urano propicia que el individuo parezca poco confiable. La persona muestra desconfianza hacia otros para compensar el factor de inquietud que experimenta en las relaciones.

   Una conducta equilibrada tiene potencial para intervenir en la vida de los demás debido a su perspectiva liberada. Aquí el factor clave es actuar con habilidad, dado que Urano otorga la capacidad de extirpar los comportamientos desencantados de las personas con que nos relacionamos.

   Esta posición también favorece el amor libre. 




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