Psicología Analítica de Jung: El Inconsciente.

   Antes que nada, voy a exponer lo que me escribe mi amigo Josep Guasch Gómez:

  Hola Segundo, me ha gustado mucho tu comentario en el blog sobre Jung y la astrología, sólo quisiera (sin ánimo de enmendar la plana) sugerirte algo (y por eso te lo mando en privado). Aunque algunos autores siguen hablando de "psicoanálisis Junguiano", tal tendencia no existe. Jung abrazó el psicoanálisis al principio de su carrera, pero las discrepancias con Freud le llevaron a formar su propia escuela, llamada actualmente "Psicología Analítica", con otras "subescuelas" como la tradicional, la evolucionista y la arquetípica; sin embargo el "psicoanálisis junguiano" como tal no existe.

    No soy un psicoanalísta experto, no tengo problema en reconocerlo y no me importa que otros amigos con más conocimientos aporten aclaraciones. Lo que si me importa es que muchas personas que practican la astrología psicológica, con tintes jungianos, tengan un conocimiento del pensamiento y de la concepción que Jung tenía del hombre.

      De esta forma nos vamos a aproximar hoy al Inconsciente.

    El inconsciente es un estado de la psique constante y continuo, cuya actividad prosigue se esté despierto o dormido. Jung diferencia dos sistemas psíquicos inconscientes: el inconsciente individual y el inconsciente colectivo.

     El inconsciente individual resulta de la confrontación entre los modelos preestablecidos que rigen el devenir humano (contenidos del inconsciente colectivo) y el contexto físico, psíquico, social e individual de la existencia. Es adquirido y modificado a todo lo largo de la vida del individuo.

    Todos los contenidos del inconsciente individual pertenecen en propiedad al sujeto. Algunos son directamente accesibles al yo consciente -ya hablaremos de él más adelante-. Son éstos los elementos que integramos sin intervención voluntaria, a los que, si así lo deseamos, podemos devolver la conciencia: funciones naturales como la respiración, las posturas y posiciones del cuerpo, los actos reflejos, las informaciones sensoriales y los actos de la vida a los que no se presta atención directa... Otros son accesibles indirectamente. Se trata de los elementos ocultos profundamente, y que podemos encontrar por asociación con otros elementos ya conscientes: recuerdos lejanos, modos de funcionamiento, determinados modos de reacción...

     Una tercera categoría de elementos inconscientes -los más numerosos- son inaccesibles fuera del proceso de toma de conciencia, por ejemplo, fuera de un trabajo psicoterapéutico. Pueden ser de tres constituciones diferentes:
  • Recuerdos extremadamente lejanos, enraizados durante un período arcaico anterior a la creación de la conciencia y a la aparición del lenguaje.    
  • Elementos inhibidos, rechazados fuera del campo de la conciencia por ser incompatibles con su coherencia.
  • Elementos que jamás han sido conscientes, diferenciados ya del inconsciente colectivo, pero no investidos aún de suficiente energía como para poder acceder a la conciencia. Representan la creatividad del psiquismo y engloban las potencialidades del yo.

    De modo general, se denomina sombra a este inconsciente individual, constituido por elementos que han experimentado los mecanismos de inhibición, de defensa, de prohibición, pero también por todos aquellos mantenidos fuera del campo de la conciencia mediante el juego de las resistencias o, incluso, por falta de carga energética. Este conjunto representa de cierta menera la contrapartida del yo consciente, del hecho de su unilateralidad, y comprendo todos los factores de evolución del sujeto.

   Bien hasta aquí ya hemos tratado un poco el Inconsciente, centrándonos un poco en su aspecto individual. En un artículo posterior hablaremos del Inconsciente Colectivo.


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