Segundo Ruiz - Astrología

 En la sabiduría ancestral de la astrología, el cielo no solo es un tapiz de estrellas, sino también un espejo reflejante de los acontecimientos terrestres. Uno de los espectáculos celestiales más intrigantes es la conjunción de Venus y Marte, que tiene lugar en el signo de Leo desde mediados de junio hasta principios de julio. Esta conjunción se ha asociado históricamente con varios cambios y energías dinámicas. Veamos más de cerca cómo este fenómeno astrológico podría influir en la política y sociedad global.

   En la actualidad tenemos una conjunción de Marte con Neptuno bastante exacta. Los efectos de dicha conjunción se alargarán hasta el día 20 de diciembre del 2018. Vamos a ver de que manera nos afecta.

   La conjunción se da cuando dos planetas se encuentran en el mismo grado del zodiaco, admitiendo un orbe de unos 8 o 10 grados. Sin duda es el aspecto más fuerte de todos. Las energías de ambos planetas se fusionan y actúan en una sola dirección. Su influencia no es benéfica ni tampoco maléfica, todo depende de la clase de energías que se fusionen. Dicha fusión será muy positiva si se forma entre planetas benéficos, o entre éstos y los luminares: Júpiter-Venus, Sol-Júpiter, Luna-Venus, etc. Pero puede ser muy peligrosa si se forma entre planetas maléficos, o entre éstos y los luminares -el Sol y la Luna-: Marte-Saturno, Sol-Saturno, Luna-Marte, etc.     Las conjunciones múltiples, en las que intervienen tres o más planetas, se denominan "stellium" y se convierten en puntos focales muy importantes de la carta astral, portadoras de efectos muy dinámicos. Se trata de una gran concentración de energía enfocada hacia un solo objetivo. Encontraremos con frecuencia esos grand