Ansiedad. Primera Parte.

    La ansiedad es una dolencia corriente en la sociedad actual y afecta a un alto porcentaje de la población en un momento u otro de su vida. Es una disfunción psíquica que genera alteraciones físicas más o menos graves, desde el sudor frío a la hiperventilación (respiración rápida), temblor, dolor de estómago o tensión muscular.



    La ansiedad puede estar causada por otras enfermedades, como hipertiroidismo, diabetes, problemas en el oído interno, insuficiencia cardiovascular... También algunos medicamentos pueden desencadenarla: antidepresivos, tranquilizantes, complementos tiroideos, estimulantes.

   A grandes rasgos, la ansiedad consiste en un neviosismo generalizado ante determinadas situaciones que provocan aprehensión, intranquilidad, confusión y, sobre todo, pensamientos negativos reiterados. Los ataques de ansiedad casusan una tremenda turbación: pánico intenso a perder el control, sudación, enrojecimiento del rostro, falta de aliento...

    El sistema nervioso simpático regula las respuestas de "lucha o huida" en situaciones de riesgo. Se activa cuando el cuerpo se prepara para defenderse de un peligro y, en tales circunstancias, todo el organismo activa el botón de alarma:
  • Las palpitaciones se aceleran para bombear más sangre hacia los músculos.
  • La respiración deviene rápida y profunda a fin de aumentar el suministro de oxígeno a los tejidos musculares.
  • Se incrementa la tensión muscular.
  • Aparece sudor frío.
  • Los vasos sanguíneos periféricos se constriñen (palidez).
  • Aparecen escalofríos y erizamiento del vello.
  • Las pupilas se dilatan (para mejorar la visión).
  • Se suspende la actividad digestiva para que la sangre fluya con facilidad hacia los músculos.
  • La boca deja de salivar y aumenta la tendencia a evacuar la vejiga.
  • Para aumentar la capacidad física del organismo ante el esfuerzo, se libera adrenalina.
   La ansiedad también es una reacción ante lo desconocido o ante el riesgo, pero en este caso se trata de enfrentarse, en general, a situaciones psicológicas que casi nunca entrañan peligro físico.

   Las razones o problemas que las personas ansiosas alegan como causa de sus preocupaciones son poco importantes para los demás. Las personas ansiosas son muy sugestionables, acostumbran a esconder los problemas que realmente les provocan inseguridad con otros problemas insignificantes que elevan su nivel de adrenalina y nerviosismo.

    Bien, de momento lo dejo aquí, en posteriores artículos hablaré de los diferentes tipos de ansiedad que hay y de la manera en que podemos reeducarla.

     

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