Saturno en la casa VIII

   Saturno en la casa VIII predispone a una larga vida, pero a menudo también a una muerte lenta, tras una prolongada enfermedad crónica. En los mejores casos, si el planeta está bien aspecto, el final llegará por muerte natural. Estas personas tienen miedo a la muerte y al más allá, y, en general, a todo lo misterioso y desconocido, incluyendo en ello tamibén al sexo y los instintos, con posibilidades de sufrir impotencia o frigidez. A menudo, ese miedo se esconde o disimula tras rígidos y estrictos moralismos de carácter religioso, por ello es habitual encontrar esta posición en numerosos santos que se distinguieron por su gran ascetismo como por ejemplo lo tiene Santa Teresa de Jesús.

Carta Natal de Santa Teresa de Jesús

  Pero también tienen esta configuración personas sabias que investigan la muerte como la doctora Elisabeth Kubler-Ross.

Carta Natal Doctora Elizabeth Kubler-Ross

   O personas que investigan los misterios del sexo, los instintos y el inconscientes como Sigmund Freud o Salvador Dalí.

Carta Natal de Sigmund Freud

Carta Natal de Salvador Dalí

   Sin embargo, las personas que tienen a Saturno en la casa VIII también manifiestan una tendencia a reprimir los instintos y el sexo, ya sea por moralismo o bien por imperativos de la vida, lo qeu se compensa con una gran ambición de poder y dinero.

  Aparte de todo lo mencionado esta posición de Saturno es desfavorable para las herencias, legados, y para el dinero procedente del cónyuge o asociados. El cónyuge no sólo no ayudará a mejorar la situación económica sino que generalmente será al revés, constityendo una carga para estos nativos. Por otra parte, es preciso que tengan mucha prudencia con las inversiones y las especulaciones, porque fácilmente pueden suponerles pérdidas. Las herencias les llegarán tardíamente, y pueden estar acompañadas de abundantes cargas y problemas. Si Saturno está afligido, hay peligro de muerte en accidente o ajusticiamiento.