Neptuno en Tauro

  Los planetas más lejanos en su tránsito por los signos del Zodíaco; Urano, Neptuno y Plutón. Al ser los más alejados de la Tierra, su movimiento aparente es extremadamente lento, de forma que el más rápido, Urano, tarda unos siete años en transitar solamente por un signo y 84 en dar la vuelta al Zodíaco. Neptuno tarda casi 14 en transitar cada signo y cerca de 166 años en dar la vuelta completa. Finalmente, el alejadísimo Plutón, de órbita irregular, puede llegar a tardar, en algunos casos, hasta casi 30 años en pasar por un solo signo y casi 247 en hacerlo por todo el Zodíaco. Debido a esta gran lentitud, el estudio de estos planetas no se puede abordar del mismo modo que hemos hecho con los anteriores, y que, en este caso, sus efectos se aprecian mucho más en el ámbito histórico o generacional que en el plano individual.

  Para ver mucho más claramente la influencia de estos planetas en el ámbito individual hay que estudiar su posición en las casas más que en los signos zodiacales, aunque al transitar por éstos marcan determinados periodos de la historia que tienen una características comunes.

  Solo en aquellas personas que tengan alguno de estos planetas ascendiendo o culminando, o formando una conjunción o en estrecho aspecto con el Sol, la Luna o el planeta regente de la carta, se podrán manifestar los efectos de estos tránsitos de modo individual y concreto y en algunas ocasiones en muy alto grado.

  Neptuno transitó por Tauro entre 1875 y 1889. Estos años se caracterizaron por un gran desarrollo y prosperidad en el ámbito mundial, tanto económico como industrial, aumentando considerablemente la riqueza y el bienestar. Pero al mismo tiempo fue la época en que se consolidaron y expansionaron cada vez más nuevas filosofías materialistas, como son el marxismo o el anarquismo, alimentando la utopía de un mundo más justo y feliz en el ámbito político y económico, mientras que la Iglesia, capitaneada por el papa León XIII, contraataca también con su doctrina social.

    Aparte de esto, esta posición proporciona una genial inspiración para el arte en cualquiera de sus facetas  (pintura, literatura, música, etc.), como así lo atestiguan las distintas generaciones que nacieron bajo la influencia de este tránsito (Alfonso X el Sabio, Cervantes, Manuel de Falla, Picasso, Antonio Machado). También podemos encontrar aquí a personas profundamente hedonistas y sensuales, cuya filosofía de vida es entregarse a todos los placeres con la misma intensidad, como Aleister Crowley, o naturalezas sencillas, llenas de bondad, amor y generosidad como el papa Juan XXIII.

 
Juan XXIII

 Esta posición idealiza las tendencias sensuales y el deseo de disfrutar de las cosas buenas de la vida, o de trabajar por un mundo mejor, de manera que otros puedan disfrutarlas. Estos antivos tienen una visión romántica de la naturaleza y su belleza. Gozan de gran delicadeza y refinamiento y profesan el humanismo o el altruismo en el ámbito material, entendidos como disposición de ayudar a los demás con dinero y otros bienes.

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